viernes, 2 de septiembre de 2016

Los árboles, el bosque y el periodismo nuevo

Por Raúl Garcés
Vladimir Ilich Lenin encarnó como pocos el espíritu dialéctico de la Revolución de Octubre. Tal vez por eso, al organizar un mo­delo de prensa obrera que expandiera las ideas de la nueva época, admitió la publicidad como fuente de ingreso en los periódicos. Nadie menos interesado que él en favorecer los negocios de los propietarios privados, pero al mismo tiempo, nadie más urgido de contar con medios de comunicación vigorosos y económicamente sostenibles.
Cuando algunos sugirieron una resolución para prohibir la publicidad en Pravda, se cuenta que el líder socialista reaccionó de modo categórico: “¿de dónde sacará Pravda el dinero si le privan de sus anuncios?”
Para la misma fecha en que Lenin ejercía su réplica, la prensa norteamericana había hecho de la publicidad su principal fuente de financiamiento. La segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX vivieron la euforia de los anuncios como sustento de los periódicos modernos.
Pero, a la altura de los años 40, una comisión presidida por el Rector de la Universidad de Chicago, Robert Hutchins, diagnosticaba que parte de las difamaciones y violaciones éticas imputadas a los periódicos estadounidenses se asociaban a condicionamientos impuestos por los anunciantes. Lo que parecía hasta entonces un modelo ideal, presuntamente capaz de autorregularse por las leyes del mercado, empezó a hacer aguas.
Lenin y Hutchins estuvieron muy lejos de vivir la actual sociedad de la información o los cambios que Internet ha supuesto para el periodismo contemporáneo, pero supieron claramente que, en materia de producción de ideas, no valen las camisas de fuerza. Ni creer que determinadas regularidades operan igual para todas las épocas y contextos. Andando el tiempo fue evidente que, aun las experiencias más paradigmáticas de prensa liberal o socialista, no pudieron librarse de críticas cuando pretendieron universalizar, como verdades infalibles, lo que en realidad había emergido dentro de circunstancias socioeconómicas y políticas muy específicas.
Desde la década de los 90 del siglo pasado, la sociedad de la información barrió con los patrones tradicionales de generación de contenidos para la prensa. Los consumidores de noticias pu­dieron convertirse, por primera vez, en emisores. Los flujos de co­municación, antaño unidireccionales y demasiado predecibles, emergen ahora desde todas partes e irrumpen prácticamente sin jerarquías dentro del discurso público. Nunca se ha­bía producido una ruptura tan radical con nociones y valores propios de la cultura periodística precedente.
Es una transformación impensable al margen del impacto de las nuevas tecnologías, que demanda ajustar estratégicamente el ejercicio de la economía, la cultura y la política a las lógicas de una sociedad red. Si bien el acceso a Internet es todavía limitado entre nosotros —y, en consecuencia, no pasa de cubrir en muchos casos necesidades comunicativas básicas— resulta recientemente notable la familiaridad de la gente con prácticas y formas de organización propias de las estructuras en redes. Más temprano que tarde, los navegantes ocasionales de hoy dispondrán de mayor conectividad y, al menos potencialmente, de las competencias para realizarse con plenitud como ciudadanos digitales.
Que los jóvenes encabecen ese proceso es una fortaleza. Y, específicamente, que los jóvenes periodistas dispongan de las claves interpretativas para entenderlo y dominarlo nos sitúa en una posición de ventaja. Una investigación reciente de la Fa­cultad de Comunicación evidenció que, entre las cualidades mejor apreciadas en los recién graduados por sus empleadores, figura el manejo de las TICs. No solo se desplazan cómodamente dentro de plataformas multimediales, sino que gestionan y posicionan información relevante con prontitud y efectividad. Aprendieron, más rápidamente que nosotros, una lección básica del mundo de hoy: no basta con socializar información de calidad, hacen falta estrategias para amplificar su alcance y fomentar entrecruzamientos entre los diferentes actores del tejido digital.
Ocupar las redes sociales y la blogosfera con un espíritu de debate y confrontación de ideas es una oportunidad que no tuvieron generaciones anteriores. El problema no son las dicotomías entre los medios tradicionales y los sociales (a fin de cuentas, nadie sabe a ciencia cierta qué tendencias prevalecerán en el ecosistema mediático del futuro). El problema es desa­rrollar masivamente las habilidades adaptativas para lidiar con las claves de comunicación de la nueva época. Y fomentar el ambiente cultural y ético para convertir cada discusión, lo mis­mo en el mundo físico que en el virtual, en un punto de partida fecundo al presente y el porvenir de la nación cubana.
Es, en otro contexto, la misma voluntad de pensamiento crítico y profundidad de ideas que defendió Fidel Castro frente a decenas de intelectuales en la Biblioteca Nacional en 1961, aun en me­dio de las agresiones de Girón y los planes subversivos contra Cu­ba. Solo que, 55 años después, el espíritu deliberativo de una vanguardia se ha extendido a amplísimos grupos sociales y, como parte de ellos, a cientos de miles de jóvenes ávidos de participar en la solución de los problemas de su país. No es a pesar de la Revolución, sino precisamente gracias a ella, que esos jóvenes ganaron el capital intelectual y la madurez para sostener criterios, que, en su mayoría, arrojan luz para la ideación colectiva de nuestro futuro.
Claro que el camino no está libre de entuertos, ni exento de desafíos ideológicos, ni transitaremos, en la circunstancia actual de las relaciones Cuba-Estados Unidos, por un lecho de rosas tendido como puente entre La Habana y Washington.
Pero es esencial que los árboles no nos impidan ver el bosque. Y nada parece más prioritario para la Cuba revolucionaria que fortalecer el consenso en torno a su proyecto anticapitalista, día tras día, activamente, involucrando con entusiasmo a las nuevas generaciones y modernizando los códigos para compartir con ellas la práctica política.
Este 5 de septiembre miles de muchachos y muchachas repletarán las Universidades cubanas y, como parte de ellas, la Fa­cultad de Comunicación recibirá a los nuevos estudian­tes de Pe­riodismo, Ciencias de la Información y Comu­ni­cación Social. Probablemente vendrán mezclados de certezas e incertidumbres, serenidad y desenfreno, sensatez y espíritu iconoclasta. Tendrán que abrir sus propias trochas, sufrirán decepciones, acopiarán esperanzas y, dando tumbos, encontrarán el espacio para encauzar sus proyectos, proponer so­luciones y sentirse protagonistas, que es la única manera de sentirse militantes. Ninguna militancia honesta se constru­yó nunca desde la mojigatería, la contemplación y el aburri­miento.
Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2016-09-01/los-arboles-el-bosque-y-el-periodismo-nuevo-01-09-2016-22-09-50

211 comentarios:

«El más antiguo   ‹Más antiguo   201 – 211 de 211
wadud dijo...

Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud.
Pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.

Yo pienso que hay que dejar de exigirle impecabilidad al desposeido, al oprimido, al invadido y hay que ajustarle la cuerda de la etica, un poco mas al otro. Y no considero que esto le de camino libre al humilde para que haga lo que quiera, simplemente me parece mas equitativo y mas util: si el acomodado fuera mas humano, el humilde gozaria tambien de salud y le seria mas sencillo aceptar su condicion.
Hay una tendencia a darle al pobre supremacia y al rico dejarlo ser, como si fuera por naturaleza malo o el enemigo. Y yo creo que el rico tiene derecho a aprender etica y humanismo. No solo del pobre debemos esperar eso. Encuentro discriminacion al rico, en esto.

Milton Ermitaño70 !! dijo...

Arturo, aunque no descartaba esa opción -mientras las cosas no ocurren, podemos pensar en más de una posibilidad-, tampoco me quedaba claro si era por la chica. Te reitero que me bloqueo tratando de traducir.

A todo esto, acabo de ver una foto que refleja nuestra triste realidad ... la compartí en FBK y no se cómo publicarla acá. En fin, es un recolector de basura / aseador, comiendo sobre un tacho de basura, en "su lugar de trabajo"... Esa es la violencia y prepotencia de la que hablaba antes.

Aunque lo considero light, dentro del círculo vicioso de la TV somnifera y lo que la gente quiere ver, se dio esta nota: Estamos chatos los chilenos? (chato, en chileno es harto/asqueado de algo o alguien).

Norma trv dijo...

Qué concierto tan hermoso el de hoy, Silvio!!! Qué de canciones!!! Una maravilla y una sorpresa cada una de ellas!!! La gente estaba tan feliz de tenerte!!! Estuve con Doris y Yadirys un ratico, nos tomamos unas fotos. Había muchos jóvenes, y niños, mucha alegría. Estuvimos coreando la mayoría de las canciones! Y había una media Luna perfecta en lo alto, pero justo sobre ti, en línea recta con la bandera y más abajo de la Luna, casi equidistantes, dos estrellas, formaban un triángulo isósceles casi perfecto, hicimos unas fotos de eso también.
Después, Buena Fe haciendo gala de una buena selección de sus canciones. Qué extraordinarios son! Que bien estuvo el sonido! Los músicos, la adorable Niurka y los invisibles imprescindibles, equipo de todos estrellas!
Pero volviendo a tí, pensé mucho esta noche en como con los pobres de la tierra has querido tu suerte echar, y en tus "ganas de seguir yendo a los barrios" como expresaste en esa preciosa entrevista que salió publicada hoy, bueno, ya pasaron las doce de la noche, quizás debí decir ayer.
Te mando un beso, que descanses y (que hermoso poderlo decir) hasta mañana!

Víctor Casaus dijo...

querida gente /

regresé hace un rato del concierto 76 de LA GIRA INTERMINABLE en el barrio de guanabacoa, donde BUENA FE acompañó el concierto extenso y emotivo que silvio hizo.

leí hoy temprano la noticia de la partida de josé antonio rodríguez, sin duda uno de los grandes actores de todos los tiempos en la isla. ahora silvio puso la nota del periódico granma con este comentario inicial que la hace justicia: Tremendo actor que se nos fue. josé antonio acompañó a rené de la cruz (otro grande de todos los tiempos) en los papeles protagónicos de nuestro filme BAJO PRESIÓN, encarnando la imagen de un funcionario burocratizado, pero humano, con todos los matices que su maestría actoral pudieron integrar en ese personaje, de apellído PIEDRA, que tuvo un pasado de lucha revolucionaria directa y se enredó, con los años, en la telaraña del burocratismo.

en días recientes le vi, en la tv, en el excelente programa que hace luciano castillo sobre el cine cubano.

Víctor Casaus dijo...

querida gente /

hemos recibido muchos saludos por los 20 años del centro pablo que estamos celebrando a lo largo de este 2016.

más de una decena está publicados en nuestro sitio www.centropablonoticias.cult.cu.

el cariño sigue trayendo palabras como esas, que tanto agradecemos. el más reciente ha sido este del joven trovador matancero rey montalvo, que comparto ahora con ustedes.

abrazo centropabliano,

victor

Mi mensaje al Centro:



El Centro Pablo abre surcos en la tierra, no importa si sea árida, rocosa o fértil. Nació con la voluntad noble de luchar contra la desmemoria y en 20 años ha sido refugio compartido de escritores, artistas plásticos y visuales, músicos e investigadores de varias generaciones y países.

El trabajo del Centro por la cultura hispanoamericana y cubana no cabe en biografías ni reseñas, es una institución para respetar y admirar, tan grande como los valores que defiende; irreverente como las canciones del Santi, aguda como la poesía de Miguel Hernández, y sólida como la obra del inmortal que los viste con su su nombre.

Eternidad para el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, sitio digno de los hombres y mujeres que lo hacen cierto.



Mis felicidades y abrazos.

Rey Montalvo

Víctor Casaus dijo...

querida gente /

ayer estuve en el espacio ENCUENTRO CON..., de la periodista magda resik, organizado por la asociación hermanos saíz, en el pabellón cuba.

el impacto del salón de mayo donde se realizó la actividad, lamentablemente menos poblado que lo deseable y útil, me hizo recordar --y lo comenté con los presentes-- aquella anécdota de macedonio fernández cuando llegó a ofrecer una conferencia y exclamó ante la sala semi vacía: si falta uno más, no cabe.

después el diálogo a partir de las preguntas de magda y las preguntas e intervenciones desde el público, creo que animaron el ambiente del lugar, y agradecí intensamente a los amigos que llegaron --muchos de ellos respondiendo a un correo electrónico de emergencia que envié la noche anterior, cuando constaté que no se había ninguna promoción para ese encuentro.

parte del resultado tendrá algunos canales de difusión, me comentaron después, a través de la emisora HABANA RADIO, creo, y de algún programa televisivo.

hoy una periodista del centro pablo que asistió escribió esta nota que comparto a continuación, en dos comentarios, quizás.

va con este abrazo múltiple,

victor

ENCUENTRO CON… VÍCTOR CASAUS
Por Analía Casado Medina

En sus múltiples facetas de poeta, cineasta, promotor cultural, editor, se develó este jueves en el habitual espacio Encuentro con…, de la Asociación Hermanos Saíz, Víctor Casaus, director del Centro Pablo, autor de los libros Girón en la memoria (1971) o Todos los días del mundo (1967), director de los filmes Pablo (1978) o Bajo presión (1989), impulsor, junto al “pequeño ejército loco” de Muralla 63, de proyectos imprescindibles como A guitarra limpia, Ediciones La memoria o los salones de arte digital.
La conversación guiada por la periodista Magda Resik comenzó por la educación de Víctor, por los caminos que lo condujeron al campo cultural nacional. Lector de José Martí, discutidor de dogmas e imposiciones, miliciano, mecanógrafo del Ayuntamiento de La Habana, escritor de versos, confesó ser en una primera etapa –llamémosle formativa– el joven, a quien le ofrecieron en los admirables y convulsos 60 ser administrador escolar de la Víbora. Manda entonces unos poemas a la revista Mella (por suerte nunca publicados, dice) y ahí, donde un jovencísimo Silvio Rodríguez dibujaba junto a Virgilio Martínez y donde confluían Héctor Villaverde, Félix Guerra o Antonio Conte, le proponen trabajar como periodista. Muere el posible e hipotético Víctor administrador escolar. El periodismo, la literatura, el cine, la cultura, ocuparán sus días.
Sin embargo, “a pesar de su trabajo periodístico, su naturaleza es la poesía”, tantea la anfitriona: “¿Por qué la poesía?” “Eso quizás no tenga una explicación puntual. La poesía tiene, si no un alcance, una latitud que otros géneros como el testimonio, el cuento o el ensayo no tienen. Y a la vez está latente en estos géneros”, apunta.

CONTINUARÁ EN EL COMENTARIO SIGUIENTE

Víctor Casaus dijo...

querida gente

SEGUNDA PARTE DE ENCUENTRO CON...


“¿Y el periodismo, una necesidad?”. “Podría decirse que de alguna forma fue una necesidad de expresión. Casi la primera que encontré. En la revista Mella, sin formación periodística académica, intuitivamente, comencé a escribir. Me interesaba y me interesa. Soy muy feliz cuando puedo encontrar ahora el tiempo para escribir una crónica”. En aquellos momentos, cuando leía por primera vez los libros de Pablo de la Torriente Brau, Casaus se hizo dos preguntas: ¿Así que se puede escribir de esta manera, con malas palabras, libertad expresiva y de pensamiento, mezcla de géneros? ¿Así que se puede ser revolucionario de esta manera? “A las dos interrogantes respondí que sí”. Autenticidad y cabeza propia para analizar la realidad son algunas de las premisas que ha defendido, como muchos jóvenes periodistas de estos tiempos.
¿Qué es la trova para Víctor Casaus?, vuelve a la carga Resik. “No tengo formación ni aptitud musical: soy absolutamente incapaz de hacer música, pero sí de entenderla y apreciarla”. Las alianzas entre trova y poesía –los poetas son trovadores que perdieron en los recovecos de la historia su guitarra, su laúd, como alguien dijo alguna vez– tendrían su expresión inicial mayor quizás en el recital Teresita y nosotros de Bellas Artes, en julio de 1967, donde jóvenes poetas del primer Caimán compartieron escena con Teresita Fernández y Silvio Rodríguez. Estas concurrencias han tenido su continuidad en el Centro Pablo: trova, poesía, arte digital, diseño gráfico, proyectos editoriales y cinematográficos, rescate de la memoria compartida, han sido algunos de los desvelos fundamentales de la institución en estos 20 años. ¿Los protagonistas? Los creadores y las creadoras que han hecho suyos nuestro patio de las yagrumas, nuestra sala Majadahonda, nuestras propuestas editoriales y discográficas, nuestros espacios en la web.
Pero este tema, el Centro Pablo, será conversado más adelante. Ahora Resik pregunta por la presencia de Fidel Castro en Muralla 63. Víctor rememora un texto que escribió a propósito del cumpleaños 90 del Comandante, Crónica en las vísperas, que reprodujeron sitios como Segunda cita o La pupila insomne. Vuelve a octubre de 2001, cuando Fidel estuvo en la presentación del disco Trov@nónima.cu, realizado conjuntamente con la AHS. Ocho jóvenes trovadores de varias provincias cantaron aquella tarde y compartieron con Fidel. Víctor recuerda las palabras que le dirigiera Fidel a Ariel Barreiros, el joven trovador matancero: “tú tienes cara de hombre bueno”; la anécdota con William Vivanco, quien tenía los espejuelos rotos desde que saliera a cantar. Fidel no dejó de notarlo, de preocuparse, como con el personaje de aquel documental de Santiago Álvarez, Mi hermano Fidel (1977). “Pienso preparar una crónica rescatando ese encuentro donde estuvieron Ruth de la Torriente, Julio Girona, Eduardo David, hermano del caricaturista Juan David”, dijo Víctor, para quien Fidel Castro es un hombre de gran sensibilidad humana.

CONTINUARA...

Víctor Casaus dijo...

querida gente

TERCERA PARTE Y FINAL DE ENCUENTRO CON...


Para cerrar, Magda Resik pide al poeta que nos coloque en la nación que soñamos. Víctor ensaya un rápido inventario de distintas épocas: el momento de la épica (los 60), los difíciles 70 (erráticos para la cultura artística), la rectificación de los 80 y su bonanza económica, las volteretas de los 90, el periodo especial. A propósito de este último tema, que se extiende hasta nuestros días, Casaus recordó lo que dijo un amigo hace algunos años: “Seguramente saldremos del período especial: queda por ver el cubano que saldrá de ese proceso”. “Sin olvidar la complejidad y los matices de los que está llena la vida –sino todo lo contrario–, tengo el deseo y la esperanza de que terminemos de construir este proyecto social rescatando sus valores y logros esenciales. La vida dirá, como siempre la última palabra”, subrayó.

Pasa entonces la palabra al público.

Alguien destaca la labor del Centro Pablo en la promoción de múltiples esferas de la cultura. Víctor habla de las primeras funciones del Centro: rescatar y comenzar a organizar la papelería de Pablo donada por Ruth de la Torriente, su hermana, y Raúl Roa, amigo entrañable, padres del Centro. La publicación de la obra pabliana fue uno de los principales empeños. Inquietudes de los integrantes del Centro, como María Santucho, su coordinadora, irían ensanchando naturalmente los límites. Pero sin el acompañamiento de Abel Prieto, Eusebio Leal, Silvio Rodríguez y los creadores y creadoras que desde la trova, el arte digital, el diseño, el testimonio o la investigación han apostado por este proyecto, nada hubiera sido posible, precisa Casaus.
Sale a colación el Víctor cineasta. El director de Que levante la mano la guitarra (1983) recuerda el período, a finales de la década del 60, en que trabajo en el ICR, donde realizó obras como Girón (1969), que nunca fue exhibida (no se entendió que los combatientes se expresaran con malas palabras, como cualquier hijo de vecino); su entrada al ICAIC, donde se desempeñó primero como guionista –ahí está su trabajo junto a Manuel Pérez Paredes en El hombre de Maisinicú para contarlo– y luego como director, con documentales como Con Maiakovski en Moscú (1976) o Museo (1975). A pesar de haber incursionado en la ficción, a Víctor le apasiona más el documental, confiesa. Desde el Centro Pablo ha dado continuidad a esa vocación con la producción, junto a María Santucho, de una decena de obras documentales, entre ellas Bajo la noche lunar (Lourdes Prieto, 1998), sobre Pablo de la Torriente Brau, o Pobre, nómada y libre (Jorge Fuentes, 2001), sobre la trovadora Teresita Fernández.
Desde el público el joven Harold Cárdenas agradece el trabajo del Centro al mostrar la energía y la complejidad de personalidades como Pablo o Rubén Martínez Villena, lejos de las fórmulas edulcoradas y contraproducentes que a veces caracteriza la enseñanza de la Historia en el país. Asimismo, el crítico e investigador Jorge R. Bermúdez destacó la importancia de los salones de arte digital, que abrieron ese camino creativo y prometedor en el territorio de la cultura cubana y permitieron visibilizar, en tiempos inaugurales, una forma de expresión poco reconocida por la crítica especializada.
Rubiel García González, presidente de la AHS, organización que está celebrando su aniversario 30, preguntó por Guillermo Rodríguez Rivera. “Con Guillermo, como con Wichy (Luis Rogelio Nogueras), perdura una hermandad que nació en los tiempos de El Caimán y se puso a prueba, en las buenas y en las malas, en distintos momentos de la vida”, manifestó Víctor, quien resaltó la autenticidad y consecuencia de Guillermo, que podemos encontrar en su poesía, en sus ensayos.
Para finalizar el encuentro con este poeta de capacidad fundacional –como dirían en algún momento durante el intercambio–, García González obsequió a Casaus con recuerdos de la AHS.

En fin, el Mar dijo...

Hermano;
Los latidos del mar los llevo dentro,
La cancion de los necios va conmigo
La pasion de las noches la recuerdo
Yo cargada de libros, tu en mi oido
Frente al muro del mar y su salitre,
Detras de mis frontales, condenada
A amarte para siempre con motivos,
Sigue lloviendo a cantaros rodeada
De fieros animales y eternos enemigos

silvio dijo...

Hay una nueva entrada.

silvio dijo...

En fin el mar, ahora fue que te vi, bienvenida siempre.

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