Por Jorge Dávila Miguel
Jesucristo, Fanny Brice/ Wolfie Mozart, Humphrey Bogart/ Genghis Khan y H. G. Wells…
(Trombones)
Ho Chi Minh, Gunga Din/ Henry Luce y Wilkes Booth/ Alejandro Magno y Graham Bell…
(Trompetas)
Ramakrishna, Mama Whistler/ Patrice Lumumba y Russ Colombo/ Karl y ChicoMarx, Albert Camus…/ Caryl Chessman/ Alan Freed y Buster Keaton también.
(Trombones y trompetas; música desaparece, voz a capela:)
…Todos ellos tuvieron algo en común,/ sudaron bajo el mismo sol,/ miraron maravillados hacia la misma luna,/ y sollozaron cuando todo terminaba,/ porque era demasiado pronto.
(Violines)
Neil Diamond
Blancos matan a negros y negros matan a blancos. Todavía no es una guerra civil como Dios manda, difícilmente lo será. El poder de fuego se concentra en uno de los bandos y en el otro las milicias no saben ni marchar. Es una reyerta que transcurre como una lamprea por el fango del río, a la que pocos distinguen en su verdadera oscuridad.
Evaden que hay un problema estructural en esta sociedad y dicen en la tele que son enfermos mentales quienes le disparan a la policía. América no encuentra para sus pecados explicación más racional que la luz de la locura. Dos balazos a quemarropa en el pecho de un hombre ya sometido en el suelo son signos de extrema racionalidad mientras es trastorno mental lo que permite al francotirador escoger cuidadosamente su nido de águila y apuntar serenamente hasta hacer blanco.
Y los terroristas islámicos “se radicalizan”. Espontáneamente. Como si fueran setas en el bosque, emergiendo de entre el musgo cuando llega la humedad. “Nadie había notado nada –– razona un analista militar–– pero al parecer, de alguna forma, en algún momento, ‘se radicalizó’ ”. No dicen por qué un ser humano “se radicaliza”, alguna causa discernible y eficiente, no; simplemente sucede. Como la célebre combustión espontánea en los humanos.
La verdad detrás del horror nunca se revela. Pero todos nosotros, caperucitas indignadas por el espanto, llevamos también al lobo feroz dentro. Una garra por aquí, un colmillo por allá, disimulados dentro, como adentro del fanático que algún día hará su ablución antes de volarse en pedazos. Demócratas y republicanos, goloseando entre sonrisas y oraciones la puñalada trapera, la cabeza rival desangrada, si pudieran. Ah, si no existieran las milicias gubernamentales para mantener la situación. Aunque quizá algún día entre nuestras libertades nos llegue la jornada anual para matar. Con licencia, como quiso Tamargo, como vimos en The Purge. Exiliados, chavistas, antichavistas, comunistas cubanos y anticomunistas miamenses, blancos, negros, chinos, coreanos, el gordito Kim Jung-un, los de Sanders y los de Trump, las banderas mexicanas; miles de franceses, belgas e ingleses, desinhibidos, saqueando los guetos musulmanes, cónyuges asesinando felizmente a su cónyuge, y así. El rencor al fin fuera del closet, ese delicioso elíxir que nos alivia de tantas frustraciones. ¿Qué podrá más en el mundo, el odio o el amor?
La canción de Diamond intenta decírnoslo. Pone a Jesucristo junto a Genghis Kan, a Ho Chi Minh y Graham Bell; Ramakrishna y Caryl Chesman; a Carlos Marx y Buster Keaton. Nos indica algo grande y sereno. Que todos ellos ––al igual que todos los humanos–– fueran asesinos o profetas, nacieron y crecieron bajo el mismo sol, soñaron con la misma luna y vivieron su afán hasta quedarse perplejos cuando la muerte les dijo “basta”. Y ella le confiere dignidad a cada uno de ellos––tan lejanos a veces como un asesino de un santo–– tras el supremo drama que significa haber nacido. Diamond los empareja con amor ante la misteriosa realidad que los convoca y no los juzga[ii]. Porque quien esté libre que tire la primera piedra. Y sugiere que no vale la pena gastarse en el rencor antes de marcharse demasiado pronto. Aunque el odio siga alimentando –– junto al egoísmo–– a las bayonetas en todas partes y en todos los corrales.
Fuente: http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article91038427.html
203 comentarios:
«El más antiguo ‹Más antiguo 201 – 203 de 203Permiso Patricia.
[8.20] «¡Creyentes! ¡Obedeced a Alá y a Su Enviado! ¡No le volváis la espalda mientras oís...!»
[8.21] No hagáis como los que dicen: «¡Ya hemos oído!», sin haber oído.
[8.22] Los seres peores, para Alá, son los sordomudos, que no razonan.
[8.23] Si Alá hubiera reconocido en ellos bien, les habría concedido la facultad de oír. Pero, aun así, habrían vuelto la espalda y se habrían apartado
Yo entiendo algo muy distinto.
Es peligroso establecer una interpretación personal, como si fuera esa el mensaje revelado.
Es por eso que el Coran no se interpreta. Se entiende o no se entiende. Desde su nivel más básico, en adelante.
Lola, yo te entiendo. Dejame explicarte a que me refiero con que el ataque es al islam. No para que opines igual, mas bien para ser yo mas claro con esta afirmación que hago.
Adnan, un gran amigo mío, esposo y padre de familia, argentino, trabajador humilde y hombre bueno, iba caminando por una calle de Rosario, ciudad argentina de la provincia de Santa fe, hacia su trabajo como todas las mañanas.
A él, como a mi, le gusta vestir atuendos que se identifican con la fe musulmana, pantalones típicos turcos, chaleco, gorrito en la cabeza y perfume de rosas. Él iba a paso determinado con su masbaha (contador de cuentas) en la mano haciendo sus mantras para adentro mientras caminaba.
Nuestro maestro es sucesor del gran Rumi y heredero del secreto del giro. Adnan fue bendecido por nuestro maestro con la sabiduría y el permiso ancestral de realizar esta técnica y enseñarla. Es un amante que vive en un estado continuo de amor y sensibilidad.
Hemos pasado noches juntos girando y cuando es con él, esta técnica se devela.
De repente dos hombres vestidos con traje y cuerda en el cuello, se abalanzaron sobre él, reduciendolo en segundos hasta tenerlo incrustado en el piso y sin aire para respirar.
Él cuenta que en ese momento vio la muerte y pensó en sus hijos, pero inmediatamente le llego el recuerdo de que él no era indispensable para nadie y que ellos con el tiempo iban a estar bien. Adnan caminaba entregado a su meditación y no se percató de que estaba pasando por la puerta de una escuela a la que asisten niños de familias judías y era la hora en que ellos entraban.
Lo revisaron entero mientras su cara permanecía pegada a la vereda. Cuando supieron que él era un hombrecito común, que en su mochila llevaba su comida para el mediodía y en sus bolsillo nada porque todo lo había dejado a su esposa para que hiciera las compras del día, lo soltaron y lo forzaron a que se fuera rápido.
Adnan sigue girando, sigue amando. Adnan comprende a esos hombres de corbata y no los odia. El odio no tiene permiso para entrar en él.
Lola, de estas, tengo muchas. Y estamos hablando de Argentina, último país del cono sur y algunos dicen que del mundo.
No resulta fácil vivir en una sociedad que mira tv, siendo musulmán. En cualquier país. Y más difícil aún, es cuando se tienen hijos. A nadie le gusta vivir siendo señalado por algo que no es. Y esto es gracias a demonizacion que hacen del islam los mal intencionados.
Por años, después del 2001, era normal para mi, que cuando me subía a un colectivo de transporte con mi bolso de artesanías que llevaba para vender, se bajaran algunas personas en la próxima parada para evitar morir incinerados en una explosión.
Te cuento estas cosas que son íntimas mías, que tal vez sirvan para tener una idea de lo que viven muchas personas sin merecerlo. A quien odio yo por eso? A nadie. La rabia llega un punto en el que se metaboliza y se convierte en fuerza y mas convicción. Y es por esto que con el pueblo musulmán no van a poder jamás.
Mis hijos solo hablan de amor y tienen la capacidad de entender lo que sucede. Esa es la verdad.
Interesaante punto de vista sobre las consecuencias de la globalizacion de Internet:
¿Y si internet destruyera el capitalismo?
http://abcblogs.abc.es/poder-blando/2016/08/09/y-si-internet-destruyera-el-capitalismo/
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