domingo, 5 de enero de 2014

La literatura invisible

por Guillermo Rodríguez Rivera
La concesión de los dos más recientes premios nacionales de literatura – los otorgados a Leonardo Padura y Reina María Rodríguez – me han ayudado a acabar de definir unas ideas cuyo germen tenía en mente desde meses atrás.
Lo primero que me gustaría aclarar es que admiro la obra del novelista y la poetisa.
La poesía de Reina María (su autora está llegando ahora a los sesenta años) me interesó desde que apareció La gente de mi barrio, el primero de sus poemarios.
Me pareció entonces que, de modo bastante obvio, ese libro estaba en la dirección de la poesía que venía, en estilo y asuntos poéticos, de la manera que caracterizó nuestros años sesenta, desde el cuaderno que mejor y primero la representó, que fue Historia antigua, de Roberto Fernández Retamar, de 1965.
No tuve duda entonces que tanto por su fecha de nacimiento como por su trabajo poético, Reina María se colocaba como un claro final de la poesía conversacional que había sido el centro del trabajo de los poetas de mi generación aunque, en manera alguna, constituyó el único modo que ella tuvo de expresarse.
Puedo decir que, cuando en 1984 fui miembro del jurado de poesía del Premio Casa, me complació contribuir a otorgarle a Reina María ese importante premio por su libro Para un cordero blanco.
A la poesía conversacional rinde también tributo la voz de Nancy Morejón (1944) con poemarios como Amor. ciudad atribuida y, sobre todo, Richard trajo su flauta y otros argumentos, de 1967. Pero, después, la poesía de Nancy enrumba por caminos diferentes: el hallazgo poético de su negritud y el culto a una expresión signada por el amor a la palabra lujosa, que le trae su formación en la tradición poética francesa. Pero Nancy tiene, desde bien temprano, el premio nacional de literatura, que todavía le falta a otra esencial voz femenina que –a mi modo de ver– debió recibirlo antes que Reina María. Estoy hablando de Lina de Feria.
Todavía más que la de Nancy, la de Lina representa esa poesía de la oscuridad, del enriquecedor laberinto de la palabra que, en la poesía cubana, permanentemente aparece al lado de la poesía de la claridad. Creo que, además, Lina ha tenido más incidencia que Reina María en el trabajo de las nuevas promociones de poetas cubanos.
A ese ámbito casaliano de la oscuridad, pertenece también la obra de Raúl Hernández Novás, a quien se ha colocado como representante de la “generación de los años ochenta”, denominada por algún crítico por su fecha de irrupción en la difusión de la literatura pero, como se ve, en la que puede resultar esencial una voz que pertenece a la generación que la precede.
Nacido en 1947 – tres años después que Nancy Morejón y Luis Rogelio Nogueras, dos después que Raúl Rivero – Hernández Novás es un hombre de esa generación, que no pudo expresarse en los años setenta,  en los que le habría correspondido naturalmente comenzar a publicar, porque es ese el momento dogmático del Quinquenio Gris, en la que no es admitida una poesía como la de Raúl, que tiene que esperar hasta los años ochenta para empezar a darse a conocer. Pero esa circunstancia sociológica no autoriza un cambio de generación.
Ante la reaparición televisiva de algunos de los más destacados impulsores de la política cultural del Quinquenio, una zona de nuestra intelectualidad reaccionó vivamente, temiendo la reaparición efectiva de ellos en la dirección de la cultura.
A través de la que se llamó en esos días “la guerra de los correos”, se dijeron electrónicamente las cosas que no se pudieron decir en los años setenta y, de alguna manera, fue también llover sobre mojado.
El caso de Raúl Hernández Novás y el de mi propio poemario El libro rojo, aparecido muchos años después de 1971 – cuando debió editarse, después de haber sido finalista en el Premio Casa – nos están indicando que hace rato sonó la hora de cesar las repetitivas quejas sobre el Quinquenio y, en su lugar, precisar que procesos cortó, cuáles obras interrumpió y de qué manera alteró el proceso de nuestra literatura. 
Aunque no he sido íntimo de Leonardo Padura, creo que tengo una buena relación con él y, sobre todo, he sido un admirador de su obra narrativa. Mi voto fue el que, en muy reñida decisión, decidió el otorgamiento del premio de la crítica a su obra La novela de mi vida, sobre la esencial figura que es, para la literatura cubana, José María Heredia.
Me hubiera parecido su novela mejor, si no hubiera sido porque, a la ácida crítica de Padura a Domingo Delmonte, le faltó un aspecto esencial: consignar el equivocado rechazo de Delmonte a los hallazgos románticos del poema herediano. Acaso Padura – narrador y no poeta – no pudo adentrarse en esa manquedad esencial de la sin duda muy calificada crítica delmontina. Por ello, entre sus novelas, sigo prefiriendo la excelente La neblina del ayer.
La superexitosa El hombre que amaba los perros me parece un tanto reiterativa después de la gran trilogía histórica de Isaac Deutscher, que acaso la generación de Padura ignoró, pero que fue esencial para la formación ideológica de una fundamental porción  de la mía. No hay que olvidar que el grupo de jóvenes pensadores que centró el trabajo de Pensamiento crítico, publicó regularmente en El Caimán Barbudo. Y, literariamente, creo que la investigación histórica le desborda la estructura novelesca a la novela: la trama sufre porque empiezan a aparecer situaciones narrativas que podrían ser útiles a la indagación histórica, pero que ella no necesita.
Padura ha dicho que fue su generación la que devolvió la vitalidad a la literatura cubana tras el penoso período del Quinquenio Gris. Creo que esa es una visión extremadamente parcial.
Las represiones y censuras del Quinquenio Gris fueron tan abarcadoras en el ámbito literario que fue casi toda la literatura cubana de valía – exceptúo a Nicolás Guillén y a Alejo Carpentier, que claro que no fueron censurados –la que recomenzó a devolverle vitalidad a la difusión de la misma. En cuanto a las obras nuevas, resultó esencial, en las entradas de los años ochenta, la obra de Luis Rogelio Nogueras: me refiero a la aparición de un poemario como Imitación de la vida, (Premio Casa de las Américas y elogiado por José Saramago) y de una novela como Y si muero mañana, en la que la trama policial se trataba como nunca hasta entonces se había tratado entre nosotros.
Antes de otorgarle el Premio Nacional de Literatura a Leonardo Padura, me parecía más justo y mucho más correspondiente con nuestra historia cultural, habérselo concedido a Eduardo Heras León.
El Chino, ácidamente estigmatizado en los días del Quinquenio Gris por haber escrito el que me parece su mejor libro (Los pasos en la hierba) no escribió una literatura que las conservadoras grandes editoriales de los tiempos que corren habrían editado, pero contribuyó, con varios libros de relatos de gran calidad a conformar una narrativa épica que, junto a los libros de Jesús Díaz y Norberto Fuentes, Ilustra los días heroicos en que se enmarcaron hechos como la batalla de Playa Girón, la limpia del Escambray y la Zafra de los Diez Millones: no mirar esa historia, es no mirar lo que somos, es desconocernos nosotros mismos.
Lamenté enormemente cuando Jesús decidió abandonar el país y la Revolución. Pero le escuché decir alguna vez a mi profesor Raimundo Lazo que los escritores no cruzan las fronteras con sus libros debajo del brazo. Si hemos publicado textos de exiliados como Jorge Mañach, Lino Novás Calvo y Carlos Montenegro, esenciales para comprender la literatura del país; si premiamos estudios sobre la obra narrativa de Calvert Casey, o publicamos un importante estudio sobre la crítica cinematográfica de Guillermo Cabrera Infante, creo que es imposible no reeditar novelas como Las iniciales de la tierra –la mas importante novela de la Revolución Cubana– o editar esa juguetona y trágica obra maestra que es Las palabras perdidas.
Admiro el trabajo de Padura, pero creo que tenía tiempo para obtener ese galardón por un trabajo que abarque mejor la obra de toda su vida.
Si vamos a subordinar el Premio Nacional a los éxitos de mercado –sobre todo foráneos– creo que desconoceremos nuestra historia y tendremos que esperar a que desde fuera nos digan cómo debe ser.
Dos veces he sido miembro del jurado que concede el Premio Nacional de Literatura. La primera vez, tuvimos en cuenta la decisiva obra crítica de Ángel Augier, pero también su ancianidad; lo propio ocurrió al concederle el galardón a Humberto Arenal, autor de una obra narrativa un tanto magra. Valoramos la larga presencia de Humberto en la vida cultural cubana.
Los jurados que conceden el Premio han variado numerosas veces. Por ello, no creo que su otorgamiento deba regirse por el variable criterio de los diferentes jurados, sino que debieran existir unas normas que guiaran la acción del jurado para conciliar –como ha sido en algunos casos– el éxito editorial con el reconocimiento a la obra de la vida y a la historia de nuestra cultura, y no invisibilizar momentos, obras y autores esenciales de nuestra literatura.
En la foto estamos Heberto Padilla, Roque Dalton y yo (Guillermo R. Rivera). El mar que ves detrás es el de Varadero. Es febrero de 1967 y estamos conmemorando el centenario de Rubén Darío, con el auspicio de Casa de las Américas. Heberto tiene 34 años, Roque 31 y yo 23. No tenemos ni idea de lo que nos espera.

209 comentarios:

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Yamirys dijo...

http://www.cubadebate.cu/noticias/2014/01/09/en-ambiente-respetuoso-se-desarrollaron-las-conversaciones-migratorias-cuba-eeuu/

PERO Y QUE DIJERON LA DELEGACION ESTADOUNIDENSE,,, siempre , siempre, COJAS LAS INFORMACIONES!!!!!!!!! POR DIOS!!!!!!!!! HASTA CUANDOOOOOO????

AHORA SI HASTA MAñUNGAAAAA!!!! besitos

Antílope dijo...

Una entrevista a Silvio, por Alfredo Guevara.
Muy interesante, no se la pierdan!

Puede no ser o ser

Serie Persona y Pensamiento
Idea y Dirección General: Alfredo Guevara

Silvine dijo...

Querido Silvio y tod@s:
Rápido y todo lo breve que pueda, primero, me enteré del temblor cerca de La Habana. No supe de daños o víctimas. Que sea sólo eso. Aqui ha caído un rayo fatal en la playa de Villa Gesell, zona de veraneo, y se llevó la vida de 3 chicos, y además dejó muchos heridos. Después no me digan que desde las explosiones del atolón (alguno lo recuerdará) hasta los aerosoles come capas de ozono y la polución y la nafta con "porquerías" y las ciudades recalentadas por exceso de cemento y... no estamos en pleno efecto invernadero y haciendo de la Tierra un sitio enrarecido. Porque nos cocemos en nuestros errores o nos congelamos también en el Norte (¿han visto fotos de las cataratas del Niágara solidificadas?). Si puedo, luego paso una que compartió Polilla.

En fin, que no me salen las ideas claramente, porque creo que el clima me afecta las neuronas. Juro que no he visto tanto rayo, relámpago, luminarias que estallan sobre mi cielo caballitense (no salgo mucho, por eso me aferro a mi balcón para atisbar y capturar cielos de amaneceres y atardeceres, por eso últimamente me encuentran cámara en mano). Y no salgo porque no me dejan algunas cosillas que todavía habré de superar, o eso espero desde que lucho por ello, esto para que sepan nomás un poco más de mí).

Pues eso, que la naturaleza se embravece y habrá que prestar atención a sus maneras de expresarse. Aunque me digan que hay períodos y etapas de la historia del mundo, creo que la mano del hombre se extralimita en su intervención hasta la devastación. Y hablo de por aquí, donde conozco, ¿vale?

Y antes de irme, hablando de ver fotografías, he visto la represión. Razón y corazón llevas como siempre, Silvio, que la paz de los que deponen las armas con que luchan se hace más rápido y más genuinamente que el retroceso de esa feroz represión. Y me concederás que ya cansan esas armas levantadas, esa prepotencia de "te llevo detenido", ese arrastrar gente. Ojalá esa ola de paz sea gigante como las que se abatieron sobre la costa gallega (una más que recordé).

Y me voy antes de que siga mezclando cosas. Apurada por preparar algo de cena y con un ojo en la tormenta que se acerca.

Si puede contribuir que digamos desde aquí que leer a los cubanos hablar de literatura, pues lo haremos para que esa Intranet sea... ¿Si es necesario, chiflan?

Ojalá Ali lleve a la reunión segundacitera, cuyos participantes desconozco quiénes serán aunque adivino, todo el amor nacido en esta casa y continuado, como antes era el cine... ¡Afortunada ella! Gracias, Sergio, por comentarlo, entiendo que sabes de su periplo...

Y ya me voy. Si algo no se entiende, sólo pregunten. Sigo estando y siguiendo.

Abrazos muchos deseosos de paz y de serenidad. Se necesita mucho para afrontar turbulencias. Es que las percibo, no puedo dejar de compartir esto que siento.

S.
P.D. Gracias por todos los aportes. De a poco se va leyendo y mirando.

abdulwadud dijo...

Silvio, exageradamente fuera de tema, pero muy fuera de tema, te comparto algo que me cautivó un muy buen rato. Posiblemente te guste. Es sobre la escala de tamaños del hombre hacia lo micro y hacia lo macro, hasta donde la ciencia logro saber. Es impresionante.
Y para quien le interese..

http://www.newgrounds.com/portal/view/525347

Victoria dijo...

Hoy escuché en la radio a Ángel Parra, hablaba de su última visita que le hizo al Payo. Expresó el lamentable estado del Payo luego de su accidente vascular, habló de una función que se hizo en un teatro de Valparaíso para reunir fondos para los cuidados del Payo. Y de como el sistema de salud en Chile "castigaba" a todos los que no tienen recursos para pagar. Este es un país ingrato con sus artistas, que lástima.

Claudia de Chile dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=VN_FAQP-JJE


http://www.youtube.com/watch?v=qgvorX4XJcg

disculpen olvide lo de las azulitas, pero aqui van temas con que recuerdo a Payo Grondona

Julián dijo...

Silvio: pensé que querías saber exclusivamente el origen de los datos de los viajes. Pareciera que pasé por alto tu señalamiento de la ley asesina o no le presté la debida atención. Así fue, por eso te pido disculpas.
El otro texto del cual quería transmitir un resumen tiene que ver con la cárcel de Guantánamo. Seguramente la mayoría de los segundaciteros conoce datos sobre ese campo de concentración. De mi parte, hay varios que desconocía y por eso lo quería compartir, aún para refrescar la memoria. Si hay errores o datos insoslayables, te pido Silvio y segundaciteros que los corrijan.
En diciembre se dio un seminario en Cuba por la paz y por la abolición de las bases militares norteamericanas (lo organizó el movimiento de cubanos por la paz). La base está ocupada ilegalmente por EE.UU. desde 1902. Más precisamente, el campo de concentración se instala en 2006, por orden de Bush hijo. (hijo de p...)
Desde la ocupación, los cubanos han tenido que soportar (especialmente los de Caimanera) situaciones denigrantes. Bofeteadas de soldados a cubanos en público, pasearse en calzoncillos, a pie o a caballo por las calles. Se cuenta que era frecuente encontrar animales domésticos muertos cuando a los norteamericanos se les daba por practicar puntería. Hubo casos trágicos. El 10 de junio de 1919 un marine borracho mató a un nene con un disparo de rifle y el 12 de diciembre de 1936 otro mató a una mujer cuando dijo estar cazando.
EE.UU. había ocupado Guantánamo luego de la guerra contra España de 1898. Pero "legitimada" a través de la enmienda Platt, un agregado de la constitución cubana que regulaba la relación de una manera humillante para La Habana.
El general Leonard Wood decía ésto en 1901: "Queda casi nula independencia real. Los cubanos lo reconocen así. Muchos quieren la anexión. Así, dominaremos el comercio azucarero del mundo".
Para 1942, en plena segunda guerra mundial, los aviones yanquis podían volar o aterrizar en cualquier lugar de la isla sin previo aviso. Cuba le alquilaba a EE.UU. la bahía por dos mil pesos mensuales en moneda oro de EE.UU. En 1934 se adquiere el derecho de perpetuarse en el lugar. El alquiler se cobra hasta febrero de 1959.
Con la revolución Cubana, el asedio del Pentágono se multiplicó. (Lo dice el historiador René González Barrios) Los marines se subían al cerco perimetral e insultaban a Cuba y a Castro. Les tiraban piedras y molotovs a cubanos en la calle. Salían en jeeps, tiraban tiros a metros de la guardia cubana y volvían a la base. Washington buscaba la agresión. En 1966 hicieron creer a periodistas que seis cubanos se habían infiltrado en la base.
En 1962 Cuba denunció ante la Onu como falsa la información de que Castro quería moverse contra la base. Esa supuesta intención hizo que EE.UU mandara tres portaaviones a la base (lo mismo que hace Inglaterra en Malvinas aduciendo que Argentina va a atacar). El actual gobierno argentino ha repetido muchas veces que seguirá la vía democrática como único camino.
Los cubanos no se dejaron vencer por las provocaciones. Desde 1993 comenzaron encuentros entre militares de ambos países. El objetivo final es el cierre definitivo. Algo que había prometido Obama.
Quería saludar también a Patricia por la recuperación de su hermano, creo. Y decirle que cuente conmigo para lo que se pueda ayudar.
Abrazos.

Leandro Di Santi dijo...

Hola Silvio, te ando traicionando en estos días, estoy de vacaciones con mi hija en Río de Janeiro y tengo a Rita Lee con "Agua na boca" absolutamente instalada en mi nube. Pero igual paso por aquí, a ver que hay de nuevo, y como siempre hay mucho, mucho disfrutable y mucho para pensar mucho. Gracias
Me enteré aquí que se realizará un homenaje a Cazuza, poeta que admiro mucho y no sé si conoces, en la playa de Ipanema el 19; como me voy antes me quedaré con las ganas.
¿De cuántas cosas nos quedamos con las ganas? de demasiadas quizás. Por ejemplo de algo tan simple como no poder saludar a alguien querido en su cumpleaños, o de algo tan inmenso como ver un mundo mejor, también de ser mejor persona, mejor hijo, mejor padre, mejor ciudadano, mejor amante, mejor amor, o de darte un abrazo Silvio. Pensar que se va a terminar la vida algún día y a ti que haz sido tan importante, nada menos que a ti, no te habré dado un abrazo.
Recuerdo que hace muchos años, me fui a trabajar fuera de mi pueblo, un domingo por la noche para toda la semana, volvería el sábado siguiente. Al partir abracé a mi padre que tenía tan sólo 54 años; el jueves de esa semana me enteré que ese abrazo había sido el último. Me he preguntado siempre si no hubiera estado bien concederme un abrazo el mismísimo jueves por lo menos. Poco pretencioso lo mío, ni siquiera reclamo tenerlo hoy.
Y bien, abracen a los padres, todos los días, no sea que luego sientan que se han quedado con las ganas.
Mi hija compró el libro Budapeste de Chico Buarque, vamos a ver qué encontramos ahí.
Abrazo grande alma de diamante querido (mirá qué contradicción, yo que decía que me quedaría con las ganas de abrazarte y ya he perdido la cuenta de cuántos abrazos te he dado).

Anónimo dijo...

Leo esto algo tarde, gracias a Iroel en su Pupila insomne sobre un "libro entrañable" que a mi regreso a Cuba procuraré, extrañamente nunca lo leí y no me lo perdono, pero nunca es tarde cuando ....
Mi modesta opinión sobre Pepe Mujica: nada de necio, sincero, con mucho sentido común y sensatez, y dice verdades que viniendo de alguien como él son mas que escuchables, estemos o no estemos de acuerdo con lo que diga o haga. Lo respeto mucho y disfruto con su original forma de decir.
Arturo Menéndez, Profesor, médico cubano de misión en Venezuela

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