Somos Segunda cita, la red abeja. Un panal donde hay diversidad de pensamiento y a la vez visiones parecidas. Ese
es nuestro equilibrio, nuestra fuerza de gravedad. La miel de aquí son coincidencias y la
curiosidad por el otro, sin el prurito del no cuando aparece lo diferente.
En nuestro común fundacional hay principios éticos, simpatías, y por supuesto también rechazo a cosas muy tristemente consabidas. No somos iguales –ni
igualitaristas– pero coincidimos lo suficiente en el sentido de la justicia como para formar una familia.
Quizá podría decirse que nos encontramos aquí para
acompañarnos en el misterio del éter. Pero nuestra unión no es obra de un milagro: expresa
el deseo de entendernos, sin una utópica
aquiescencia.
También aparecen los que gustan de meter palos en nuestra colmena. Y lo primero que uno se pregunta es ¿qué secreto placer obtienen yendo a un lugar donde
no se reconocen? ¿Serán así en todas partes, o será un uniforme que se ponen
para venir aquí, a Segunda cita?
Y ¿cómo es su talante? Pues no usan precisamente
la forma del buen vecino en casa ajena, sino
que empujan a quien les recibe, van hasta la mesa en que se come y plantan en
ella sus dos pies, para –eso sí– proferir
sentidas quejas de maltrato cuando alguien de la casa les llama la atención.
Olvidan que hay que tener educación, para pedir trato educado. Olvidan lo falso que es transgredir lo ajeno, usando
como escudo la palabrita tolerancia. Olvidan que es sospechosamente
inconsecuente vestir un uniforme –bastante trillado por cierto– para criticar a
los que prefieren otro color.
Hace poco alguien se sonreía ante el número
8888 (hoy ya es 8889). Y es verdad que tantos ochos forman un número curioso.
En la antigua charada, el 8 significaba muerto, pero para la numerología representa
muy disímiles cosas. Para algunos es incendio; y en el mundo de los números
largos 888 significa que una etapa termina, ante una nueva que está por
comenzar. No tengo idea de qué querrán decir cuatro ochos juntos, salvo que
muchas personas se han tomado la molestia de declararse amigos de Segunda cita,
blog en evolución y red abeja.
No figuramos en las listas de sitios web recomendados, pero hemos seguido creciendo sin interrupción. No le gustamos a
algunos, pero otros nos prefieren así de rebencúos (como dice Lien). Y esto me hace recordar al genial Cuco Sánchez*, que cantaba con su sabiduría de pueblo:
“No soy monedita de oro
pa’ caerle bien a todos.
Así nací y así soy:
si no me quieren, ni modo.”
Esta es nuestra manera de ser, como somos de
verdad, siendo una verdad evolucionaria –como sin dudas lo es– esta Segunda cita.
* originalmente, por error, decía José Alfredo Jiménez
* originalmente, por error, decía José Alfredo Jiménez
Dibujo de rep, tomado de: http://www.pagina12.com.ar/diario/principal/index.html |
204 comentarios:
«El más antiguo ‹Más antiguo 201 – 204 de 204Silvio: te estamos esperando con muchisimas ansias en Bolivia, no queda mas que agradecerte por venir a regalarnos un conciertazo!!! es algo inexplicable ya no se pueden aguantar los pocos dias que faltan para poder escucharte!!!! ojala pueda estar en primeras filas, y conocerte seria algo de otro mundo! pero escucharte en vivo es muy emocionante pues tus canciones las escucho desde muy chiquitita, unicornio fue la primera cancion tuya que me encanto, si puedes cantarla el 15 te lo agradeceria muchiiiisimo. un cariño grande y si hay algo que pueda hacer para el 15 de abril, lo que se necesite de ayuda, con tooodo gusto!
Para todos ustedes con cariño.
Volverán las oscuras golondrinas
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales,
jugando llamarán;
pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar;
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
esas... ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aun mas hermosas,
sus flores abrirán;
pero aquellas cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...
esas... ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de su profundo sueño
tal vez despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate,
¡así no te querrán!"
Becker.
Somos,
el puente trazado con pincel otoñal buscando unir ángeles y pasiones.
Seremos
el devenir que alumbra las almas desparejas que se intuyen mientras buscan.
Gracias a las flores por el polen!
Luz del Valle
SILVIO!!!! bueno y soleado día!!! pdf gratis
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