por Guillermo Rodríguez Rivera
He recordado en estos días a Dwight D. Eisenhower y a Nicolás Guillén.
Al viejo Ike, ya de regreso de sus tiempos de general en jefe de las tropas norteamericanas en la Segunda Guerra Mundial, dedicado al golf, su pasatiempo favorito, y a reprimir a los latinoamericanos que querían ser un poco más libres, como pasó con la democrática Guatemala de Árbenz.
Nicolás, burlón, satirizaba su “blanca pelotilla, presidencial”, que iba rodando “como un planeta mínimo” por el césped de los campos de golf. Resulta que ha aparecido la alarma del golf.
Varios compañeros, empezando por Lohania Aruca que hizo una carta abierta a Miguel Barnet para instarlo a solicitar una reunión con todos los integrantes de la UNEAC que así nos erigiríamos en verdadera “conciencia crítica de la sociedad” para exigir cuentas de por qué La Jornada, el serio periódico mexicano, puso en boca de Marrero, el ministro cubano del Turismo, la noticia de que se construirán 16 campos de golf a todo lujo, con las correspondientes zonas residenciales anexas para recibir golfistas millonarios ―preferentemente norteamericanos— en un turismo que se supone de altísima rentabilidad.
La compañera Aruca después se lamentaba que su carta hubiera sido publicada. No entiendo bien: si era “abierta” era para publicarse, que así son las cartas abiertas. Si era cerrada, ¿quién la abrió y la difundió?
Hace un par de días, Roberto Fernández García dramatizaba el asunto hasta el punto de calificar el supuesto plan de “venta del alma al diablo”.
Cuba ha renunciado por razones de ética y de principios ―a pesar de que los enemigos hacen los juicios que le parecen— al turismo basado en los casinos y los juegos de azar, al turismo sexual, a la más mínima implicación con la droga. Me pregunto: ¿es tan grave vender turismo en unos campos de golf exclusivos para gente de mucho dinero que va a rodar su “graciosa pelotilla” millonaria de golf, dejando sólidos ingresos para el país? ¿No es muchas veces más contaminador el turismo que llega a nuestras ciudades, a nuestros jóvenes, trayendo muchas veces lo que no deseamos?
Bien, señores: vivimos en el mundo, que no es ni por asomo aséptico, y no van a derrocar la Revolución ni a pervertir a los cubanos de verdad, unos golfistas millonarios que usen unos kilómetros de nuestra isla para jugar y acaso dejarnos ingresos para reparar nuestros estadios, nuestras escuelas, nuestras piscinas deportivas.
¿Quieren saber una cosa? Tengo muchas ganas de comerme una langosta Thermidor, pero sé que venderlas nos permite comprar o producir el más humilde pollo o los mucho más humildes huevos que comemos en Cuba.
Ningún cubano cargó un fusil al hombro para que vinieran golfistas millonarios a jugar en Cuba, pero nadie que cargara un fusil se va a asustar por ello.
martes, 31 de agosto de 2010
domingo, 29 de agosto de 2010
tres mil, bombas atómicas y bloqueo
No sé si habrán notado que hace unos días este blog superó los 3 mil seguidores. Saludo a cada una de esas 3037 personas y a otros que no dan fe, pero dan vueltas.
La cifra me hace recordar que hace treinta y ocho años, cuando los vietnamitas derribaron el avión agresor número 3 mil, hice una canción algo violenta, llamada 3,000 pájaros, celebrando el número. La verdad es que no me alegraba de que muriera nadie, ni siquiera los invasores. Pero entre víctimas y victimarios, prefiero que le vaya peor al que agrede, mucho más si va a pegarle al otro allá, lejísimo, donde nadie lo llamó; mucho más si es más grande, más rico y más arrogante, como era el caso.
No hace mucho leí en un blog que su autor aprobaba el lanzamiento de las bombas atómicas sobre las indefensas ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Esta afirmación me dio vergüenza humana. Desde este otro blog yo digo que ese acto es una de las mayores vergüenzas de la Historia. Al otro le parecieron buenas esas bombas porque Japón se rindió enseguida y se evitaron muertes en las islitas del Pacífico, donde los marines tenían que pelear duro para sacar a sus adversarios de las cuevas. Pero si lo que querían era persuadir a Japón, ¿por qué no lanzaron esos horrores en el horizonte, para que los vieran desde lejos y se aconsejaran? No. Prefirieron acabar con 140 mil seres humanos de un sólo golpe, para que el mundo viera lo temibles que eran. Y, por si quedaba alguna duda, unos días después le hicieron lo mismo a otros 70 mil.
210, 000 muertes persuasivas, sin contar los miles que las radiaciones se han ido cargando hasta nuestros días.
El bloqueo a Cuba es otra medida persuasiva, otra guerra, en este caso económica. Medio siglo de intimidación, presiones y chantajes. No sólo a Cuba, también a otros países para que nos aprieten. Y todavía hay quienes dicen que el bloqueo no existe, porque Estados Unidos es nuestro tercer socio comercial. Al gobierno de los Estados Unidos le conviene que los productores de granos sureños le vendan a Cuba. Los mismos productores han peleado su derecho a vendernos y el gobierno ha tenido que ir cediendo (y de paso se hacen los buenos). La verdad es que somos su mercado idóneo, les quedamos al lado, mínimos gastos en transporte y, para colmo, se les paga en efectivo, con maletas llenas de millones de dólares, como exige la Casa Blanca, sin concedernos ni un grano de maíz de crédito. ¿Quién se atreve a decir que eso no es justo? ¿Quién dice que Cuba está bloqueada?
Hay que querer mucho a la metrópoli y muy poco a la dignidad de su propio país, para afirmar públicamente que como ese intercambio desesperado existe, no existe el bloqueo.
Queridos amigos, no busquen más paternidades: sólo son hijos de Narciso López.
La cifra me hace recordar que hace treinta y ocho años, cuando los vietnamitas derribaron el avión agresor número 3 mil, hice una canción algo violenta, llamada 3,000 pájaros, celebrando el número. La verdad es que no me alegraba de que muriera nadie, ni siquiera los invasores. Pero entre víctimas y victimarios, prefiero que le vaya peor al que agrede, mucho más si va a pegarle al otro allá, lejísimo, donde nadie lo llamó; mucho más si es más grande, más rico y más arrogante, como era el caso.
No hace mucho leí en un blog que su autor aprobaba el lanzamiento de las bombas atómicas sobre las indefensas ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Esta afirmación me dio vergüenza humana. Desde este otro blog yo digo que ese acto es una de las mayores vergüenzas de la Historia. Al otro le parecieron buenas esas bombas porque Japón se rindió enseguida y se evitaron muertes en las islitas del Pacífico, donde los marines tenían que pelear duro para sacar a sus adversarios de las cuevas. Pero si lo que querían era persuadir a Japón, ¿por qué no lanzaron esos horrores en el horizonte, para que los vieran desde lejos y se aconsejaran? No. Prefirieron acabar con 140 mil seres humanos de un sólo golpe, para que el mundo viera lo temibles que eran. Y, por si quedaba alguna duda, unos días después le hicieron lo mismo a otros 70 mil.
210, 000 muertes persuasivas, sin contar los miles que las radiaciones se han ido cargando hasta nuestros días.
El bloqueo a Cuba es otra medida persuasiva, otra guerra, en este caso económica. Medio siglo de intimidación, presiones y chantajes. No sólo a Cuba, también a otros países para que nos aprieten. Y todavía hay quienes dicen que el bloqueo no existe, porque Estados Unidos es nuestro tercer socio comercial. Al gobierno de los Estados Unidos le conviene que los productores de granos sureños le vendan a Cuba. Los mismos productores han peleado su derecho a vendernos y el gobierno ha tenido que ir cediendo (y de paso se hacen los buenos). La verdad es que somos su mercado idóneo, les quedamos al lado, mínimos gastos en transporte y, para colmo, se les paga en efectivo, con maletas llenas de millones de dólares, como exige la Casa Blanca, sin concedernos ni un grano de maíz de crédito. ¿Quién se atreve a decir que eso no es justo? ¿Quién dice que Cuba está bloqueada?
Hay que querer mucho a la metrópoli y muy poco a la dignidad de su propio país, para afirmar públicamente que como ese intercambio desesperado existe, no existe el bloqueo.
Queridos amigos, no busquen más paternidades: sólo son hijos de Narciso López.
lunes, 23 de agosto de 2010
bloqueo
Estuve en la ciudad desde el sábado, me trajo la urgencia. Se nos fundió la tarjeta de video de la computadora, y Ojalá se detuvo.
Aquí no se venden esas tarjetas. Ay de la compañía que lo haga. Multas millonarias contra ellos. Tampoco podemos encargarlas, por supuesto desde Cuba. Ese es nuestro defecto: vivimos donde no debemos. Por vivir donde nacimos somos malos, somos cómplices y, para colmo, somos bobos. La estupidez de vivir en nuestro propio país nos dificulta crear escuelas de música y estudios de grabación. Mucho más sostenerlos. ¿A qué condenado se le ocurre mejorar siquiera la parte del panorama profesional que le corresponde? Lo que hay que hacer es irse. Si es ilegalmente, mejor. Para algunos, la única forma de legitimar un proyecto es descalificando lo que sea que haya ocurrido en el último medio siglo en Cuba.
Nos castigan porque nos quieren mucho. Sufren de vernos padecer en esta isla maldita. Por eso nos aprietan tuercas. Para que aprendamos a ser mejores cubanos desde afuera. Y toman medidas para aislarnos a los que ya éramos isleños. ¿Por qué las toman? Porque son los más ricos, los más bellos, los más felices. ¿Por qué contra nosotros? Porque nos consideran lo contrario. ¿Quiénes aplauden? Los que suspiran por parecerse a ellos.
Por suerte siempre hay manos que logran escapar de ese “mundo libre”. Benditas.
Somos un país que se dedicó a alfabetizar, a construir universidades de médicos y artistas. Y ahora pretenden hacer ver que nos gusta tener pianos sin cuerdas y vientos sin zapatillas.
Vaya imaginación.
Aquí no se venden esas tarjetas. Ay de la compañía que lo haga. Multas millonarias contra ellos. Tampoco podemos encargarlas, por supuesto desde Cuba. Ese es nuestro defecto: vivimos donde no debemos. Por vivir donde nacimos somos malos, somos cómplices y, para colmo, somos bobos. La estupidez de vivir en nuestro propio país nos dificulta crear escuelas de música y estudios de grabación. Mucho más sostenerlos. ¿A qué condenado se le ocurre mejorar siquiera la parte del panorama profesional que le corresponde? Lo que hay que hacer es irse. Si es ilegalmente, mejor. Para algunos, la única forma de legitimar un proyecto es descalificando lo que sea que haya ocurrido en el último medio siglo en Cuba.
Nos castigan porque nos quieren mucho. Sufren de vernos padecer en esta isla maldita. Por eso nos aprietan tuercas. Para que aprendamos a ser mejores cubanos desde afuera. Y toman medidas para aislarnos a los que ya éramos isleños. ¿Por qué las toman? Porque son los más ricos, los más bellos, los más felices. ¿Por qué contra nosotros? Porque nos consideran lo contrario. ¿Quiénes aplauden? Los que suspiran por parecerse a ellos.
Por suerte siempre hay manos que logran escapar de ese “mundo libre”. Benditas.
Somos un país que se dedicó a alfabetizar, a construir universidades de médicos y artistas. Y ahora pretenden hacer ver que nos gusta tener pianos sin cuerdas y vientos sin zapatillas.
Vaya imaginación.
lunes, 16 de agosto de 2010
vacaciones
No hay conexión donde estoy. He venido un momento para esta breve señal y para que no se sigan acumulando mensajes en la entrada anterior que, como uds saben, cuando pasan de 200 se hace un lío seguirlos. Imprimiré todo para leerles en los días siguientes. Estaré aquí una horitas y cuando me vaya haré otro pase. Hasta entonces, saludos a todos.
martes, 10 de agosto de 2010
escuela latinoamericana de medicina
(Notimex) 15:02 h. 10-08-2010
Más de ocho mil 500 jóvenes de 54 países egresaron de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de Cuba, dijo el rector de ese centro, Juan Carrizo.
En declaraciones captadas hoy en México, Carrizo dijo que en su sexta graduación, este año egresaron mil 400 nuevos galenos de más de 40 naciones de esa institución, creada a finales de la década de 1990.
Según el rector, los jóvenes contribuirán a mejorar la situación de salud de sus respectivos pueblos de América Latina y de otras latitudes.
El funcionario citó estadísticas del Ministerio de Salud Pública según las cuales Cuba ha graduado casi 75 mil médicos isleños, con lo cual se ubica como el país que más profesionales de la salud tiene por habitantes, uno por cada 150.
Más de ocho mil 500 jóvenes de 54 países egresaron de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de Cuba, dijo el rector de ese centro, Juan Carrizo.
En declaraciones captadas hoy en México, Carrizo dijo que en su sexta graduación, este año egresaron mil 400 nuevos galenos de más de 40 naciones de esa institución, creada a finales de la década de 1990.
Según el rector, los jóvenes contribuirán a mejorar la situación de salud de sus respectivos pueblos de América Latina y de otras latitudes.
El funcionario citó estadísticas del Ministerio de Salud Pública según las cuales Cuba ha graduado casi 75 mil médicos isleños, con lo cual se ubica como el país que más profesionales de la salud tiene por habitantes, uno por cada 150.
domingo, 8 de agosto de 2010
gato
(A la memoria de Gato)
Gato,
Gato mío,
que aquella noche fría y doblemente solitaria
te llamé a mi mano y subiste hasta el hombro,
donde quedaste con tu sonido peculiar
de gato agradecido.
Eras pequeño,
negro como la soledad, la noche y el frío;
con apenas par de meses de parido,
aventurero y solitario
y, sin embargo,
aun no conocías del odio de los hombres.
En casa un poco de leche, o lo que había,
te bastó para dormir hasta la aurora.
Así pasaron días, semanas, meses.
Crecías, pero no mucho.
Ni cola peluda ni facciones bellas.
Eras un gato más,
sencillamente
de pura sangre de gato callejero.
Comías como todos, cerrándome los ojos,
para no subordinar tu gato a mi persona.
Cómo te contentaba
andar entre mis piernas y lograr
que mi mano se posara en tu cabeza
y de ahí a la cola
que parabas para decir
(para hacerme entender)
que volviera a empezar.
Gato, Gato mío,
qué triste imaginarte objeto de salón,
admirando tu extraña posición al descansar.
Me contaban vecinos de otras calles
que en las noches de Luna llena
te veían salir de aquella casa,
donde acaso una gata enamorada
te desvelaba después de los combates.
Después llegabas flaco, magullado, cansado,
con partes sin pelo y alguna oreja caída,
pero maullando feliz pidiendo
tu pescado o lo que hubiera,
porque comías para vivir,
reponerte y seguir de correrías.
Y así pasaba el tiempo.
Muchas veces te perdías algunos días,
pero siempre volvías
para darte alguna hartada, bañarte a tu manera,
saludarme a mí, tu amigo,
descansar y continuar.
Y un día demoraste más que siempre.
Demasiado demoraste, y, sin embargo,
bajaste malherido por el techo.
Cojeabas y tosías.
La vida se te iba por quién sabe qué trastazo, (golpiza)
y nada se pudo hacer.
Los médicos de ustedes no entienden del cariño,
y sólo un suero, y gracias,
logró tu valentía.
Recuerdo, Gato mío,
que a sólo unos minutos del último suspiro,
otro gato llegó olisqueándote la muerte,
y tu garra irredenta, moribunda y terrible,
levaste contra el otro para morir en guerra,
en paz con tu estatura de animal no vencido.
Gato, Gato mío,
¿en qué azotea mortal libraste tu último duelo?
Gato de fuego,
guarda mi más caro amor
en tu regazo de muerto.
Vicente Feliú, (calle)Neptuno, 1978.
Gato,
Gato mío,
que aquella noche fría y doblemente solitaria
te llamé a mi mano y subiste hasta el hombro,
donde quedaste con tu sonido peculiar
de gato agradecido.
Eras pequeño,
negro como la soledad, la noche y el frío;
con apenas par de meses de parido,
aventurero y solitario
y, sin embargo,
aun no conocías del odio de los hombres.
En casa un poco de leche, o lo que había,
te bastó para dormir hasta la aurora.
Así pasaron días, semanas, meses.
Crecías, pero no mucho.
Ni cola peluda ni facciones bellas.
Eras un gato más,
sencillamente
de pura sangre de gato callejero.
Comías como todos, cerrándome los ojos,
para no subordinar tu gato a mi persona.
Cómo te contentaba
andar entre mis piernas y lograr
que mi mano se posara en tu cabeza
y de ahí a la cola
que parabas para decir
(para hacerme entender)
que volviera a empezar.
Gato, Gato mío,
qué triste imaginarte objeto de salón,
admirando tu extraña posición al descansar.
Me contaban vecinos de otras calles
que en las noches de Luna llena
te veían salir de aquella casa,
donde acaso una gata enamorada
te desvelaba después de los combates.
Después llegabas flaco, magullado, cansado,
con partes sin pelo y alguna oreja caída,
pero maullando feliz pidiendo
tu pescado o lo que hubiera,
porque comías para vivir,
reponerte y seguir de correrías.
Y así pasaba el tiempo.
Muchas veces te perdías algunos días,
pero siempre volvías
para darte alguna hartada, bañarte a tu manera,
saludarme a mí, tu amigo,
descansar y continuar.
Y un día demoraste más que siempre.
Demasiado demoraste, y, sin embargo,
bajaste malherido por el techo.
Cojeabas y tosías.
La vida se te iba por quién sabe qué trastazo, (golpiza)
y nada se pudo hacer.
Los médicos de ustedes no entienden del cariño,
y sólo un suero, y gracias,
logró tu valentía.
Recuerdo, Gato mío,
que a sólo unos minutos del último suspiro,
otro gato llegó olisqueándote la muerte,
y tu garra irredenta, moribunda y terrible,
levaste contra el otro para morir en guerra,
en paz con tu estatura de animal no vencido.
Gato, Gato mío,
¿en qué azotea mortal libraste tu último duelo?
Gato de fuego,
guarda mi más caro amor
en tu regazo de muerto.
Vicente Feliú, (calle)Neptuno, 1978.
miércoles, 4 de agosto de 2010
la lucha continúa
Queridos hermanos:
Estas palabras espero dictarlas por teléfono, por lo que debo ser breve, y además no podré decirles todo lo que quisiera, para que no se corte la comunicación. Ayer me sacaron de "el hueco" con la misma rapidez con la que me habían metido en él. Me habían llevado supuestamente bajo investigación. Las investigaciones pueden durar 3 meses, a veces más, pero estuve allí 13 días. Como diría un conocido periodista cubano: saquen sus propias conclusiones...
Quiero expresarles mi profundo agradecimiento. Ya saben que fueron días particularmente difíciles por el exceso de calor y la falta de aire, pero ustedes fueron mi oxígeno. No encuentro mejor manera de resumir la enorme importancia de sus esfuerzos solidarios. Muchas gracias a todas las compañeras y compañeros de Cuba y del mundo que unieron sus voces para condenar mi situación. A las instituciones, organizaciones y personas de buena voluntad que, de una manera u otra trataron de poner fin a la injusticia.
A nuestro Presidente Raúl, que tanto nos honra con su apoyo. Al Parlamento cubano y su Presidente Ricardo Alarcón, incansable luchador por la causa de los Cinco. A mis 4 hermanos, que me hicieron llegar sus mensajes de aliento, y que han sufrido y viven bajo el constante peligro de volver a sufrir similares abusos. Y por supuesto, a nuestro querido Comandante en Jefe: ¡Gracias por tanto honor! (No sé si deba decirlo, pero solo por el privilegio de escuchar mi nombre en la voz de Fidel me dan deseos de agradecer también a los que me mandaron a "el hueco"...)
¡Gracias Comandante, por la alegría de escucharlo y verlo tan grande como siempre!
Gracias a todos por haber demostrado una vez más el poder de esa solidaridad que sin dudas también, algún día, nos hará libres.
¡La lucha continúa!
Un fuerte abrazo,
Gerardo Hernández Nordelo
Prisión Federal de Victorville, CA
Agosto 3, 2010
Estas palabras espero dictarlas por teléfono, por lo que debo ser breve, y además no podré decirles todo lo que quisiera, para que no se corte la comunicación. Ayer me sacaron de "el hueco" con la misma rapidez con la que me habían metido en él. Me habían llevado supuestamente bajo investigación. Las investigaciones pueden durar 3 meses, a veces más, pero estuve allí 13 días. Como diría un conocido periodista cubano: saquen sus propias conclusiones...
Quiero expresarles mi profundo agradecimiento. Ya saben que fueron días particularmente difíciles por el exceso de calor y la falta de aire, pero ustedes fueron mi oxígeno. No encuentro mejor manera de resumir la enorme importancia de sus esfuerzos solidarios. Muchas gracias a todas las compañeras y compañeros de Cuba y del mundo que unieron sus voces para condenar mi situación. A las instituciones, organizaciones y personas de buena voluntad que, de una manera u otra trataron de poner fin a la injusticia.
A nuestro Presidente Raúl, que tanto nos honra con su apoyo. Al Parlamento cubano y su Presidente Ricardo Alarcón, incansable luchador por la causa de los Cinco. A mis 4 hermanos, que me hicieron llegar sus mensajes de aliento, y que han sufrido y viven bajo el constante peligro de volver a sufrir similares abusos. Y por supuesto, a nuestro querido Comandante en Jefe: ¡Gracias por tanto honor! (No sé si deba decirlo, pero solo por el privilegio de escuchar mi nombre en la voz de Fidel me dan deseos de agradecer también a los que me mandaron a "el hueco"...)
¡Gracias Comandante, por la alegría de escucharlo y verlo tan grande como siempre!
Gracias a todos por haber demostrado una vez más el poder de esa solidaridad que sin dudas también, algún día, nos hará libres.
¡La lucha continúa!
Un fuerte abrazo,
Gerardo Hernández Nordelo
Prisión Federal de Victorville, CA
Agosto 3, 2010
martes, 3 de agosto de 2010
3 de agosto
Hace un par de días que apenas puedo asomarme. Estoy grabando y, como seguro comprenden, eso demanda tiempo.
Hice algunas anotaciones sobre la encuesta, pero no valen la pena. El SÍ supera por amplio margen al NO. Así que por ahora nos quedaremos en la dictadura del proletariado. Para más adelante estoy pensando en una solución evolutiva (o evolucionaria). No se puede vivir al margen de la lucha de clases (Dios nos libre), pero es justo aspirar a no mezclarse con lo grotesco, siempre que sea posible.
Hace unos días volví a leerme la primera entrada con sus 300 y pico de comentarios. Fue interesante, aleccionador. Se lo recomiendo al que tenga tiempo y ganas.
Yo no les abandono.
Abrazos.
Hice algunas anotaciones sobre la encuesta, pero no valen la pena. El SÍ supera por amplio margen al NO. Así que por ahora nos quedaremos en la dictadura del proletariado. Para más adelante estoy pensando en una solución evolutiva (o evolucionaria). No se puede vivir al margen de la lucha de clases (Dios nos libre), pero es justo aspirar a no mezclarse con lo grotesco, siempre que sea posible.
Hace unos días volví a leerme la primera entrada con sus 300 y pico de comentarios. Fue interesante, aleccionador. Se lo recomiendo al que tenga tiempo y ganas.
Yo no les abandono.
Abrazos.