lunes, 31 de marzo de 2014

Tránsito de Doris

Nuestra querida segundaciter@ Doris, amiga del viejo Dagoberto (y mía), cambia de estado en pos de una vejez "sustentable y sostenible"... Me parece que su carta de "despedida" a Segunda cita merece este puesto.
"Seguimos siguiendo, como sea", Doris, como dijo hace poco Víctoriano de las Causas.
srd

Queridos Silvio, herman@s tod@s:

Hoy para mi es un día especial. Es el día de mi jubilación. Que conste que me jubilo, no me retiro, eso sólo lo haré el día que me incineren. Pero voy a iniciar una nueva etapa de la vida, donde acogeré emprendimientos interesantes pero más adecuados a mi edad y posibilidades, y que me permitan una vejez “sustentable y sostenible”, para estar en la onda actual. Quizás no pueda interactuar con ustedes todo lo que querría, pero ya buscaré la vía de no desconectarme totalmente, eso se los aseguro.

El sábado, escuchando a Marino Murillo en su ejercicio de macro economía, y diciendo que la nueva Ley no permitiría la concentración de la propiedad en manos de personas naturales, me asaltaron muchas interrogantes (menos mal que como no tengo un quilo no se llevaron nada), y la más importante es ¿cómo se conceptualiza el término “concentración de propiedad o capital”? ¿Entra el dinero en ese concepto de propiedad que están manejando? Si es así, estamos muy jodidos, y muy divorciados de la realidad circundante, porque hoy, aquí mismo, en este momento, hay unas cuantas gentes en Cuba que son cuasi millonarios y no precisamente producto de su trabajo o su talento; lo que pasa es que como no tienen su dinero y bienes en ningún Banco, y como no tienen que hacer declaración de bienes para rentas, siguen como el gato, libre y atrapando ratones. Entonces ¿de qué estamos hablando? Que me disculpen, pero yo prefiero el ordenamiento de la circulación monetaria con transparencia, a estos oscuros capitales que se mueven en nuestro país. Y por eso no puedo entender las razones de que las personas naturales, como dije antes, que tengan bienes lícitamente adquiridos, no puedan participar en los nuevos caminos que se abren.

Con el Alzheimer lógico de la edad, ya se me van olvidando algunas cosas, pero si algo me quedó fijado desde mi época de estudiante de Economía, fueron las leyes de la dialéctica marxista, y según enuncian estas leyes, y no por capricho de nadie, las condiciones cambian: lo que ayer fue, ya hoy no es y hay que adaptarse a los cambios o sufrir las consecuencias. Y dentro de esta filosofía la teoría del desarrollo en espiral ocupa un lugar importante. No les voy a abundar sobre este tema, aquellos interesados lo pueden encontrar en cualquier texto o sitio de Internet. Pero sí entiendo, comparto y defiendo la aplicación de normas que están científicamente demostradas, y que cada vez que hemos violado alguna ha significado un retroceso en el desarrollo de la sociedad. Aunque nos moleste, aunque nos duela, aunque nos rechinen los dientes, tenemos que asimilar, como en espiral, lo que las sociedades capitalistas pueden enseñarnos en materia de disciplina, de orden, de responsabilidad civil y ciudadana, y poner este conocimiento en función de los nobles objetivos que nos trazamos para nuestra sociedad. 

He visto en todos estos años tantas infracciones de las doctrinas que nos deberían sostener, entre ellas la aplicación de fórmulas comunistas de distribución sin haberse construido la Base Técnico Material del Socialismo, a mi juicio una de las más incongruentes, que me parece es el momento adecuado para “cambiar lo que debe ser cambiado” y que no se quede en una simple consigna.

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En un barriecito entre el DF y Puebla, México

miércoles, 26 de marzo de 2014

Que el tiempo no se robe tu infancia

Por Ladyrene Pérez y Rosana Berjaga
Fuente:  http://www.cubadebate.cu/fotorreportajes/2014/03/26/que-el-tiempo-no-se-robe-tu-infancia/#.UzL8p9yIljA
Yo pido todos los días que el tiempo no me robe la infancia. Que la premura de crecer y dejar atrás las vergüenzas de la edad, no me permita echar de lado los buenos recuerdos de mis días de uniforme.
Ya que no me quedan minutos para jugar al pon o saltar la suiza; ahora que casi olvido como tirar los yaquis y me agarra la nostalgia de forrar libretas, cada jornada comienza con el firme propósito de no perder la espontaneidad para enfrentarme a la vida.
Ahora que simulo ser grande, espero que entre las responsabilidades y la interpretación de roles, no se me olvide preguntarlo todo, buscarles formas a las nubes, echar perfume en las plantas de mis pies, pegar calcomanías en mis agendas, enamorarme con papelitos…

















miércoles, 19 de marzo de 2014

Padre gente

Hoy vamos a concertar en Hermosillo, ciudad de fuego. Lindo trayecto de Tijuana hasta acá: páramos y montañas, un tramo sobre el Golfo de California y de pronto el desierto de Sonora, ocre, amarillo, blanco, interminable. Primera vez que estamos en esta tierra Cochise que filibusteros del norte desmembraron y que hoy congrega a la mayoría del pueblo Yaqui.

Hoy haremos el sexto concierto. Nos quedan Monterrey, el 22, y el Zócalo, que no será el 28 –como tanto se ha anunciado– sino el sábado 29 de marzo, a las 20:00 horas. El mismo día en que Santiago Feliú cumplirá 52 años.

Muy linda la gente en todas partes. Antes de salir de Cuba me dije: bueno, ya va siendo hora de que algunos conciertos estén medio vacíos… Pero no han hecho realidad mi pensamiento.

Acabamos de hacer la prueba de sonido, ahora comeré algo y después debo prepararme para tocar. Trataré de poner algunas fotos –de diversos lugares y contextos– para que vean alguito de lo que mis ojos han visto.

Qué padre gente la de México.

Auditorio Siglo XXI, Puebla

Lucía y Sofi

Entre Baja California y Sonora

Labrador buscador

Chapultepec

Zaguán de Puebla

Waldo Saavedra

La fuente

Cumpleaños feliz

Río... ¿bravo?

The border

Los que esperan

miércoles, 12 de marzo de 2014

Sobre un libelo abierto

                                 por Guillermo Rodríguez Rivera

El señor Alfonso Dilla increpa la factura de cartas abiertas(*), dirigiéndome lo que parece ser una.

Yo no escribí una carta abierta a Rubén Blades sino apenas un artículo sobre lo que considero una desafortunada intervención del cantautor en la pelea que Venezuela libra por mantener una revolución pacífica que representa a la mayoría de su pueblo, y a la que sus enemigos satanizan, y acusan diariamente, en la televisión y en los periódicos, de secuestrar la libertad de expresión. Dilla exalta la Mesa Democrática que combate la Revolución Bolivariana, pero su jefe, Henrique Capriles fue de los que, con impulso ateniense, intentó asaltar la embajada de Cuba en Caracas, en los días del fallido golpe de abril de 2002.
  
Publiqué el artículo en el blog de mi amigo Silvio Rodríguez y algunos le atribuyeron la autoría, tal vez para así tener un motivo para atacarlo. Parece no haber nada peor que la ira autoritaria de un “enemigo” del autoritarismo.

Dilla se revuelve airado contra mi artículo  y, en unas pocas cuartillas, me llama autoritario, sin veracidad en lo que afirmo ni coherencia en lo que argumento, autor de un “ verdadero monstruo de esos que genera la razón autoritaria” y que será un escollo para la república democrática que Dilla augura que aparecerá en Cuba.

Claro, que en ese paraíso libre e idíllico, no tendrá espacio “una franja de la intelectualidad cubana que ha decidido chapotear en la pobreza de la pobreza”. Además de señalar la hemorragia de adjetivos y descalificaciones que Dilla acumula en unas pocas páginas sin argumentos, no me parece que esta carta electrónica merezca mucha más impugnación.

En los últimos párrafos, Dilla habla más claro y muestra su voluntad de desacreditar a la Revolución Cubana, en la que sus más cincuenta años han evidenciado los defectos, las carencias. Tanto,  que está revisando a fondo su modelo económico y muchos criterios políticos. Pero esa revolución de los humildes fue el único proceso político latinoamericano que, en los sesenta, contra viento y marea, cuando la República Dominicana fue “democráticamente” ocupada por los marines, resistió el ataque de los patrocinadores de Dilla. Salvador Allende fue derrocado en los setenta por una jefatura del ejército chileno que respondió a las órdenes del ideólogo Kissinger, gran patrocinador del fascismo.

La izquierda, señor Dilla, no es esa entelequia que usted proclama demagógicamente para enseguida hacerle el trabajo a la derecha, como los carteristas que gritan “al ladrón” mientras ponen el botín a buen recaudo. La izquierda latinoamericana son esos gobiernos democráticamente electos –de Venezuela, de Bolivia, de Ecuador, de Brasil, de Argentina, de Uruguay, de Nicaragua, como lo fueron los derrocados Mel Zelaya y Fernando Lugo, en Honduras y Paraguay–, que saben que la Cuba revolucionaria fue el punto de partida para este cambio de época, la de la segunda independencia. 

Dilla, arúspice de nuestra futura democracia, afirma que “toda propuesta política –revolucionaria, reformista o conservadora, es susceptible de ser impugnada”. Me imagino que, entre esas impugnaciones Dilla reconoce que, cuando no se pueda ganar en unas elecciones transparentes, se salga a la calle a incendiar y matar. Eso se llama, señor Dilla, “fascio di combatimento”, puesto en acción hace casi un siglo por un viejo demócrata italiano llamado Benito Mussolini y más recientemente por sus alumnos de este lado del mundo. Apoyar eso, así sea lateralmente, es lo que le impugnaba a Blades, que se dirigía a las autoridades venezolanas como si ese no fuera un país en el que esos violentos aspiran  a un poder que no consiguen ganar en elecciones.

A usted, no cometeré la tontería de impugnárselo: siga tranquilo en su guarimba ideológica. Acaso lo haría si hubiese usted compuesto unas salsas como “Plástico” y “Pedro Navaja”, pero sin tener swing… ¿para qué?

Hay muchos “demócratas” que lo son hasta que pierden con la democracia. No creo que su libelo abierto merezca mucho más: solo terminar diciéndole que creo que en Cuba, y  también en Venezuela, el pasado  lo van siendo usted y sus poderosos patrocinadores.

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(*) Artículo de Dilla: http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/autoritarismo-e-inopia-de-una-carta-abierta-317189

sábado, 8 de marzo de 2014

El curriculum de un asesino

por Guillermo Rodríguez Rivera

La revolución salvadoreña, la del pulgarcito centroamericano, experimentó toda clase de conflictos que hicieron que fuera extremadamente difícil que ese proceso consiguiera el éxito que inmediatamente antes había conseguido la revolución sandinista de Nicaragua. El imperialismo aprendió la lección, e iba a hacer todo lo posible para que no emergiera otra revolución en Centroamérica.
El poeta asesinado, Roque Dalton

Mientras los sandinistas tuvieron la suerte de encontrar al demócrata y humanista James Carter en la presidencia norteamericana, a los salvadoreños les correspondió la desventura de topar con uno de los pilares de la reacción contemporánea, el inefable actor hollywoodense que fue Ronald Reagan.

Reagan fue, en pareja con la Iron Lady, Margaret Thatcher, un patrocinador del neoliberalismo que, en los tiempos que corren, no solo reduce al hambre a los países más pobres, sino que está quebrando los fundamentos mismos del estado de bienestar del que tanto presumía Europa Occidental.

Se recuerda el brutal asesinato de la comandante Ana María, y el posterior suicidio de Marcial, directamente implicado en el crimen.

La causa del pueblo salvadoreño había arraigado con tal fuerza desde los tiempos de Farabundo Martí, que sobrevivió a estos bárbaros desmanes capaces de sacar de quicio cualquier proceso histórico.

En 1975 conocimos, consternados, la inesperada, absurda noticia de la muerte del amigo,  poeta y revolucionario salvadoreño Roque Dalton, “ejecutado” –decían– por la jefatura del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) al que pertenecía, nada menos que por traidor y agente de la CIA.

Pese a que el convulso panorama político de aquel país hacía posible esa explicación, quienes conocimos de cerca  a Roque no podíamos aceptarla. No podíamos creer que el autor de Taberna y otros lugares, del  impresionante testimonio biográfico sobre Miguel Mármol, el poeta varias veces encarcelado, el amigo de Cuba, fuera un traidor a todo lo que vivió y escribió.

El tiempo fue despejando las incógnitas: se conocieron las discrepancias ideológicas y políticas de Roque con la cúpula que regenteaba el ERP. Los propios “ejecutores” de Roque hablaban de haber cometido un error, porque no querían hacerse moralmente responsables de la muerte de Roque. No revelaban donde quedaron los restos del poeta –el mejor que haya tenido El Salvador–, a quien su país y su familia querían rendirle el homenaje que merecía. La supuesta “ejecución” iba revelándose, cada vez más, como un imperdonable asesinato.

Empezó a saberse que eran varios los ejecutores materiales del crimen que había tenido, además como autor intelectual, al mismo jefe del ERP, el llamado comandante Joaquín Villalobos.

Cuando llega el proceso de pacificación a El Salvador, y se desmontan las guerrillas izquierdistas, varios de sus jefes pasan a la lucha política pacífica, integrando el Frente Farabundo Martí que entonces participaría en las contiendas electorales, desde posiciones revolucionarias.

Joaquín Villalobos
El caso de Villalobos era diferente, muy diferente. Desmontó el Ejército Revolucionario del Pueblo y pasó a una misteriosa vida apolítica. Tuvo la oportunidad de ocupar una cátedra en la prestigiosa universidad inglesa de Oxford, ignoro a partir de cuáles méritos académicos. Pero a poco volvía a América Latina, escribía para el diario español El País y se convertía en asesor político de ¡¡Álvaro Uribe!!.  Como última noticia –para redondear el currículum del asesino en jefe–, ha escrito hace muy poco un artículo que titula, pragmáticamente, ¿Cómo enfrentarse al chavismo? (*)

Lo que allí dice es lo de menos, pero el propósito del libelo responde una pregunta –no la muy compleja de cómo derrotar al pueblo venezolano– sino otra que nos hemos hecho muchos amigos de Roque Dalton: ¿cuál fue la verdadera causa de su asesinato?

Creo que está muy claro que Villalobos, el guerrillero jefe del ERP, el asesino de Roque, ha sido desde el primer momento un agente de la CIA, un ejecutor de claros y ambiciosos proyectos del imperialismo.

Este supuesto “hombre de izquierda”, tan de izquierda como para considerar traidor a Roque Dalton porque “llevaba una vida bohemia, escribía poesía y amaba la Revolución Cubana”, fue asesor de Álvaro Uribe, el más fiel servidor que, en los últimos tiempos, han tenido los Estados Unidos en América Latina; colabora en un diario que ha girado enteramente a la derecha, pero el asesinato de Roque Dalton fue su máxima colaboración con la CIA.

Como el cubano-americano Félix Rodríguez llevó a Bolivia la orden  enviada por la Agencia de asesinar a Ernesto Che Guevara, Villalobos cumplió la tarea de asesinar al poeta, al brillante intelectual, al revolucionario que podía ser decisivo en la toma del poder en El Salvador.

Villalobos ha ido, poco a poco, develando su infamia.

Ahora sabemos sin lugar a duda, dónde estaba la traición. Quién, con el asesinato del poeta, estaba sirviendo a la pura contrarrevolución en América Latina.

De ese estercolero, surge incólume la figura del poeta revolucionario. Un añadido más para la gloria de Roque Dalton.

(*) http://elpais.com/elpais/2014/03/02/opinion/1393795243_401646.html

miércoles, 5 de marzo de 2014

Entre mariposas y rabos de nubes

Una es de a principios de los 70, en La Habana. La otra, de los finales de la misma década, en el Distrito Federal de México.


MARIPOSAS

Hoy viene a ser como la cuarta vez que espero
desde que sé que no vendrás más nunca.
He vuelto a ser aquel cantar del aguacero
que hizo casi legal su abrazo en tu cintura.
Y tú apareces en mi ventana,
suave y pequeña, con alas blancas.
Yo ni respiro para que duermas
y no te vayas.

Qué maneras más curiosas
de recordar tiene uno,
qué maneras más curiosas:
hoy recuerdo mariposas
que ayer sólo fueron humo;
mariposas, mariposas
que emergieron de lo oscuro,
bailarinas, silenciosas.

Tu tiempo es 
ahora una mariposa,
navecita blanca, 
delgada, nerviosa.
Siglos atrás 
inundaron un segundo,
debajo del cielo, 
encima del mundo.

Así eras tú en aquellas tardes divertidas,
así eras tú de furibunda compañera.
Eras como esos días en que eres la vida
y todo lo que tocas se hace primavera.
Ay, mariposa, tú eres el alma
de los guerreros que aman y cantan,
y eres el nuevo ser que se asoma por mi garganta.

Qué maneras más curiosas
de recordar tiene uno,
qué maneras más curiosas:
hoy recuerdo mariposas
que ayer sólo fueron humo;
mariposas, mariposas
que emergieron de lo oscuro,
bailarinas, silenciosas.

Tu tiempo es 
ahora una mariposa,
navecita blanca, 
delgada, nerviosa.
Siglos atrás 
inundaron un segundo,
debajo del cielo, 
encima del mundo.


RABO DE NUBE

Si me dijeran pide un deseo
preferiría un rabo de nube
un torbellino en el suelo
y una gran ira que sube

un barredor de tristezas
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.

Si me dijeran pide un deseo
preferiría un rabo de nube
que se llevara lo feo
y nos dejara el querube

un barredor de tristezas
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.